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En camino a la libertad financiera: ¿Cómo podemos aplicar algunos criterios utilizados por las grandes compañías a nuestras finanzas personales?

Durante años se han desarrollado buenas prácticas sobre la correcta forma de llevar las finanzas en negocios y en las empresas; a veces creemos erróneamente que ciertos principios que conducen a la estabilidad, desarrollo y éxito financiero son solamente aplicables para grandes corporaciones y proyectos. Al no conocerlas descuidamos nuestras finanzas personales, entrando sin querer en situaciones de ahogo financiero donde incluso contando con un buen nivel de ingresos, gastamos sin criterio siendo atrapados por un círculo vicioso que deteriora nuestra libertad financiera.

La buena noticia es que existen algunos conceptos que podemos tomar y adaptar fácilmente a nuestras finanzas personales.

Aquí algunos de ellos que nos pueden ayudar a administrarnos mejor:

 SOBRE LA DEUDA Y EL FINANCIAMIENTO:

Lo primero que debemos entender es que endeudarse, apalancamiento en lenguaje de negocios, puede ser bueno y nos puede dar muchísimos beneficios si sabemos hacerlo con criterio; pero puede ser algo sumamente peligroso si lo hacemos mal.

¿Cuándo una deuda es sana?  ¿Por cuánto tiempo me endeudo?

Existe una máxima que dice Deuda corta – Activo corto, Deuda Larga – Activo largo

Es útil y hasta interesante endeudarse cuando se logra financiamiento a bajos intereses, lo importante en estos casos es que el tiempo que dure la deuda, es decir, la cantidad de cuotas nunca debe ser mayor al tiempo de vida o duración de lo que estamos adquiriendo.

Por ejemplo, podemos sacar en 12 cuotas las vacaciones, si es que nos vamos de vacaciones una sola vez al año.

Si adquirimos algo que debemos reemplazar en 3 meses, jamás debemos tomar más cuotas que esa cantidad.

Y no debe jamás financiarse en cuotas la compra de alimentos y gastos del día a día, ya que es algo que muy pronto tenemos que volver a adquirir y seguramente se nos sumaran las cuotas.

Otro ejemplo es si tomamos crédito para comprar un auto y pensamos que queremos cambiarlo en 3 años, jamás el crédito debe exceder esos 3 años.

De esta forma establecemos la adquisición de esos bienes o servicios como un gasto fijo controlable mensualmente y que no debe superponerse.

 ¿A qué tasa de interés?

En caso de pagar intereses se debe mirar cuidadosamente la tasa que estamos tomando. Una tasa algunos puntos porcentuales por encima de la inflación es lo único sanamente aceptable. Esto deja en una situación de terminantemente prohibido hacer pagos mínimos de las tarjetas de crédito, siempre se debe pagar el saldo para no generar interés.

Debemos financiarnos aprovechando idealmente las cuotas sin interés o cuotas con bajo interés con el criterio arriba explicado; pero jamás tomar el interés del pago mínimo de las tarjetas de crédito. Es preferible sacrificar algo que pagar mínimos, o peor aún moratorios, que son una trampa mortal para las finanzas.

SOBRE LA RENTA O COMPRA DE VIVIENDA:

¿Cuánto destinar al lugar donde vivir?

A la hora de calcular cuánto gastar en renta se debe considerar idealmente que nuestro pago mensual no supere más del 30% o 35% de nuestros ingresos netos. Las instituciones bancarias hacen este cálculo al analizar la capacidad de pago de cuota vs ingresos. Tiene una razón muy importante de ser y esta estudiado que en una economía sana no es posible destinar más de ese porcentaje de nuestros ingresos.

¿Cómo calculo un buen crédito? ¿Cómo me aseguro poder pagarlo en el largo plazo?

Ahora bien si tenemos la posibilidad de juntar ahorros y tomar además un crédito hipotecario; lo que debemos hacer es calcular nuestra cuota de pago mensual del crédito a un valor que no supere lo que nos saldría alquilar el mismo inmueble.

Esto funciona si aportamos una parte del pago con ahorros y otra en crédito. Al utilizar la practica anterior, si las cosas van mal y tenemos que reducirnos; nos podemos mover a un lugar más económico y siempre tendremos la posibilidad de volcar el inmueble a la renta permitiendo que el crédito se vaya pagando con el ingreso por rentas. No generándonos un problema financiero al haberlo quitado de la ecuación de nuestros ingresos hasta que todo esté mejor.

Lo mismo podemos calcular si adquirimos un inmueble como inversión.

 SOBRE EDUCACIÓN Y CAPACITACIÓN:

¿Debo seguir estudiando si ya tengo una carrera?

Las empresas aun siendo exitosas invierten constantemente en marketing, publicidad y capacitación; destinando en algunos casos hasta el 30% de su facturación en estas áreas.

Es fundamental tratemos de destinar al menos un 15% de nuestros ingresos en aprender algo nuevo, en desarrollo personal. Podemos incluir en este concepto suscripciones a cursos, libros o estudios de carrera.

Adquirir nuevas habilidades y mejorarnos en forma constante es lo que nos permitirá a futuro mejorar el nivel de ingresos.

SOBRE EL PRESUPUESTO DE INGRESOS Y EGRESOS:

¿Cómo controlo si le estoy dando buen destino a mis ingresos?

Las empresas llevan contabilidad y un estado de resultados; categorizando por rubros y en un plan de cuentas cada movimiento.

Es fundamental para tener controlada nuestra economía llevemos un registro de gastos mensuales y tratemos de asignarle un rubro.

Se puede hacer con una planilla de Excel o bien hay muchas aplicaciones sencillas para teléfono móvil que pueden ayudarnos.

De esta manera sabremos si estamos gastando por encima de lo que podemos y en que estamos invirtiendo nuestros ingresos.

Un ejemplo de categorías mínimas a considerar seria: Vivienda (Renta o cuota crédito); Movilidad (Si contamos con auto o gastos en transporte); salud; educación; alimentos y supermercado; accesorios generales y muy importante también considerar el esparcimiento.

SOBRE EL AHORRO:

¿Debo guardar dinero si ya tengo todo lo que necesito?

Las empresas generan reservas y segmentan el riesgo de sus proyectos, esto es lo similar al ahorro, es necesario incluyamos este rubro en nuestro presupuesto.

Consideremos siempre la buena conducta de ir destinando al menos un 10% de nuestro ingreso a separar fondos para nuestro futuro, inversiones, eventos inesperados o incluso darnos algún gusto especifico pero sin afectar nuestras finanzas. Muchas veces se pueden conseguir descuentos y ofertas importantes cuando prepagamos o contamos con la posibilidad de no comprar financiado.

En relación con las reservas, es una buena práctica contar con una cantidad mínima de 2 a 3 meses de ingresos; esto nos permitirá dormir tranquilos frente a cualquier eventualidad.

Por último, siempre hay que considerar que el dinero parado se deprecia por el solo efecto de la inflación por eso es fundamental pueda ser invertido y también protegido; para ello existen numerosos instrumentos de inversión y herramientas de protección patrimonial como los fideicomisos o trust.

SOBRE EL ESTABLECIMIENTO DE METAS FINANCIERAS:

Teniendo claro los puntos anteriores y cuidados nuestro presupuesto de ingresos y egresos tenemos la base adecuada para establecer nuestras metas financieras. Es decir, establecer objetivos de corto, mediano y largo plazo sobre la situación a la que queremos llegar.
Es recomendable establecer un objetivo de largo plazo y tomarnos el tiempo para planificar como alcanzarlo con pequeños objetivos de corto plazo y mediano plazo que estén alineados con ese objetivo. Siempre va a ser más fácil prestar atención a cumplir pequeños objetivos, pero si están alineados, sin darnos cuenta estamos dando los pasos para alcanzar objetivos mayores.

SOBRE ALCANZAR NUESTROS SUEÑOS:

Un factor fundamental  con el que se deben alinear nuestras finanzas es que las metas estén alineadas con nuestros gustos y pasiones; será mucho más fácil monetizar nuestros talentos si nos estamos dedicando a actividades para lo que nos identificamos como buenos y representan un factor emocional positivo.

De nada sirve trazarse un excelente plan financiero que nos aleje de lo que queremos ser. Cada meta, plan o proyecto debe ser parte de un propósito mayor que nos acerque día a día a nuestros sueños y deseos de vida. De esta manera será mucho más fácil mantener una conducta positiva y estar dispuestos a realizar ciertos sacrificios en beneficio de objetivos mayores.

Por Alejandro Zubiria.